Te acostás en el asiento de atrás, mirás los árboles pasar, cerrás los ojos, los abrís, todo eso ya no está. No recordás lo que perdiste, pero sabés que era mejor que esto. Ahora todo es distinto.
Todos se ríen, todos lloran, todos hablan, todos se apasionan, todos sueñan, todos viven más que vos.
Todos se entienden pero hablan en un lenguaje extraño, o sos el único cuerdo o sos el más loco entre los sanos. Es como estar en un salón, donde todos entienden la canción, menos vos.
Vas por ahí sintiendo las emociones casi
como un psicópata, más frío y distante que Sandman. Tenés conflictos con tus razones, sos un pésimo juez para tus
acciones y creaciones.
Inventás recuerdos, idealizás el pasado. Porque si lo que fue no era mejor, ¿pará que ver hacia el horizonte?
Por momentos estás en un pedestal, y
después estás en el piso con un orgullo al que acaban de matar. A las buenas ideas, el autoestima las entierra.
Cuesta definir, cuesta no pensar tanto, cuesta vivir.
Cuesta definir, cuesta no pensar tanto, cuesta vivir.
"Si querés saber que hay detrás de estos ojos fríos, vas a tener que despedazar este disfraz"
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