jueves, 25 de abril de 2013

Tormentos de un ser abyecto: El Sueño y las Dudas


   Aquel sueño me hizo ver que tan mal estaba. Ya había sentido ese dolor en mi espalda y garganta en el mundo real, pero en ese mundo onírico el dolor se multiplicó infinitamente. Mi cara estaba anestesiada e hinchada, mis manos estaban increíblemente infladas. Se sentían como globos. Mi pecho empezó a comprimirse, nunca había sentido tal presión en mi vida. Entonces eso empezó a ascender por mi garganta, traté de contenerlo, aunque lo sentí inevitable. Vomité esa especie de sangre espesa con pedazos de huesos. La desesperación me invadió. Sólo cuando desperté entendí que era eso. Era la angustia. La angustia, la tristeza y el dolor que más de una vez había notado en mi garganta, pero que en el Mundo de los Sueños logró materializarse e incluso salir de mi cuerpo, indicando que había algo nocivo adentro mío. El dolor no cesó ni se incrementó.
 
   Ese día sentí el Corte Final. Ese día dejé de ser un ser errante, de caminar por la vida mientras mi mente estaba en otro lugar, un lugar que no se puede llamar vida. Dejé de ser un cascarón vacío y llené mi cuerpo con algo que antes no tenía, un alma. Empecé de vivir con emociones reales. O quizás no, quizás las cosas empeoraron. Tal vez estos tiempos sibilinos sólo están destinados a agravarse. Antes sólo sentía tristeza, pero la incertidumbre de no saber si la felicidad puede ser alcanzada es peor que la tristeza misma, es un letargo insoportable. Quizás ese sólo fue el Primer Corte. Aún siento ganas de vomitar.

miércoles, 3 de abril de 2013

El extraño mundo


   El extraño mundo. Donde los gobiernos democráticos son dictaduras, donde las mujeres que sólo buscan placer son putas. Un lugar en el cuál para la mayoría el machismo positivo es caballerosidad, y un discapacitado no es capaz de hacer un mal.

   Tu color de piel no es lo que les interesa, si sos pobre sos un "negro de mierda".

   Un mundo incomprensible, donde lo bueno pasa gracias a un dios y de lo malo somos culpables nosotros. Donde algunos pastores no paran de dar discursos de odio, y luego predican sobre la solidaridad y no juzgar al otro.

   Un lugar donde todos pueden ser anti-sistema por un rato, pero al otro día siguen sus vidas como si nada, están muy divididos, hasta una camiseta es suficiente para agarrarse a trompadas. Cada uno se preocupa por uno mismo, aunque digan lo contrario.

   Un mundo en el que los habitantes siguen historias que ya saben como van a terminar, cuando hay tantas historias increíbles que vale la pena leer, escuchar y mirar. Un mundo al que a veces me cuesta llamar hogar.

    Ellos odian a los "ladrones" que les roban 20 pesos o un celular en la calle, sin pensar que los verdaderos ladrones usan traje.
       El extraño mundo. Mi "Reino del Revés".